El Comienzo

El Comienzo

sábado, 22 de mayo de 2010

La mujer decapitada que seguía escribiendo.


Comienzo 14. La esquela

"Es muy triste, pero en la actualidad lo único que me interesan son los muertos". Eso decía miss Marple cuando leía su periódico vespertino. Exactamente a mí me ocurre lo mismo . Cuando llego a mi pueblo los fines de semana, voy directo a leer las esquelas que se exponen en distintos lugares. Dejo el coche en una plaza de aparcamiento que tengo alquilada en una finca cercana a mi casa y al cruzar la calle me encuentro con el primer expositor, la cristalera principal de un bar.


En los pueblos ya se sabe, quién no tiene apodo no es nadie y por ese motivo el sobrenombre aparece más destacado que el nombre del difunto en esos anuncios mortuorios. Y cuando a alguien la han apodado la Decapitada...

Continuará.

jueves, 20 de mayo de 2010

Rojo, amarillo y verde.


Comienzo 13. Stop.


La joven de la boina roja se detuvo en el semáforo. Metió las manos en los bolsillos de su chubasquero, se afianzó al suelo entreabriendo ligeramente las piernas y aspiró una bocanada de aire húmedo. Cuando el semáforo cambió a verde ella permaneció inmóvil mientras una avalancha de gente en ambos sentidos rozaba sus costados.

Continuará.

lunes, 17 de mayo de 2010

Lección magistral.

Comienzo 12. Educandos.

-Recapitulando, estimada audiencia, las auténticas y veraces causas de asesinato son casi siempre triviales -hizo una pausa y bajó del entarimado dirigiéndose a la primera fila-. Dinero, amor, odio y venganza. A esas no hay autopsia viable que las desvele.
La sala quedó en silencio hasta que Don Manuel volvió a hablar.
-A la salida, la señorita Amparo les dará el certificado de asistencia a la ponencia y tengan a bien rellenarlo ustedes mismos.
Y entonces estalló un aplauso general. A fin de cuentas, los estudiantes habían asistido en busca del papelito. Un crédito académico para sus expedientes, sin apenas esfuerzo, asistiendo a tres jornadas para escuchar al siempre ameno Don Manuel Garrido, director de la Escuela de Medicina legal y forense, era un caramelito para aquellos futuros sabuesos criminales.
Continuará.

sábado, 15 de mayo de 2010

Curso por correspondencia.

Comienzo 11.

Entró en su dormitorio con el correo que acaba de recoger del buzón. Lanzó sobre la cama todas las cartas excepto un sobre acolchado. Sin poder contener la excitación, con una de sus llaves perforó un minúsculo orificio en una de las esquinas y después, al tiempo que lo apretaba contra su pecho, acercó su naríz e inhaló el aire que expulsó.
Continuará.

martes, 11 de mayo de 2010

Bulto sospechoso.

Comienzo 10. Quién lo encuentra se lo queda.

- ¿Por qué nadie me dijo nada?
Alfonso miró el collar del perro y tensando la correa apartó al animal del fardo. Del contenedor, sobresalía una esquina y un buen trozo de cuerda desmochado. No podía pasar desapercibido. El envoltorio, amarillo limón, actuaba como un faro. A esas horas, por allí ya habrían pasado no menos de cien personas. La cámara de seguridad de la sucursal de la CAM ayudaría pero antes debía cruzar la calle hasta la farmacia, el reflujo le estaba quemando vivo y no llevaba encima ni un mísero cachito de antiácido. Le dejó el chucho a Julia y se marchó mascullando improperios. Ella sabía que en esos momentos era mejor no decir nada. Le esperaría allí sentada dando las gracias al concejal de limpieza que tan diligentemente había ubicado el contenedor de basura al lado de un banco, y además con respaldo.
Continuará.

Un féretro vacío.

Comienzo 9 . Féretro.
No penséis en alguien excéntrico o estrafalario. No. Es el más común de los mortales (tiene guasa lo de "mortales"). El mismo se buscó el apodo. Cuando uno se llama Rodrigo cualquier otro apelativo es mejor. Estuvo indeciso entre ataúd, cajón o sarcófago. También recibió algunas sugerencias como tumba y sepulcro, pero él quería ser el contenedor, no la morada definitiva. Para más inri, se atrevió a añadirle apellido: Féretro Vacío. Así recalcaba su disponibilidad, unos se agregan a Meetic.es y otros...
Continuará.

Comer o no comer.

Comienzo 8. ¿Quién dijo que la fruta es sana?

Llevaba toda la mañana retrasando la inspección de la nevera. Por fin me decidí. Ahí estaba yo con el frigorífico abierto, haciendo recuento de existencias: en la puerta, brick de leche semidesnatada que no me molesté en comprobar el nivel de su contenido, 3 botellines de cerveza y una botella de agua mineral con su litro y medio de insaboro e incoloro líquido; primer estante, bandeja de fiambres vacía y una pechuga de pollo más tiesa que los volantes de un traje de gitana; en el segundo estante, algo parecido a un pimiento rojo disecado y dos alcochofas más negras que una noche sin luna. El absorbe olores con forma de frigorífico en miniatura, prendido en la parte posterior de la primera bandeja, tintineaba recordándome que fue un regalo de mi madre cuando inaguré el piso (madre no hay más que una y a ti te encontré en la calle). Mi última esperanza estaba puesta en el cajón de la fruta que, empañado por el contraste de temperatura al abrir la puerta, impedía ver lo que contenía.

Continuará.

Agua de muerte.

Comienzo 7 . Agua de muerte.

Miró por segunda vez el calendario que colgaba de la nevera. 21 de Junio. Todavía no eran las 9 de la mañana y el calor empequeñecía el apartamento. Había pasado una mala noche, intranquilo, mirando incesantemente los dígitos parpadeantes de su despertador convencido de que el tiempo estaba detenido. Apuró la tercera taza de café y arrancó una hoja de un pequeño cuaderno que había sacado del cajón donde guardaba los paños de cocina. Odiaba escribir la lista de la compra pero más odiaba pensarla, si no lo hacía siempre volvía a casa con litros y litros de agua, dos barras de pan y varios paquetes de café molido. No era la dieta ideal. Anotó el primer artículo: agua. Al acercarse el bolígrafo a sus labios para recapacitar y resistir la tentación de escribir en segundo lugar pan, observó que de la uña de su dedo meñique caían gotas. Presionó la uña para que cesara el goteo. Creyó que así cerraba "el grifo". Esa acción tuvo el efecto contrario. Cuanto más presionaba, más gotas manaban hasta convertirse en un reguero que iba empapando la irrisoria lista de la compra y goteando hasta el suelo.

Continuará.

miércoles, 5 de mayo de 2010

Menaje de cocina.

Comienzo 6. Menaje de cocina.

Recogió los cristales del fregadero con sumo cuidado. Esa media docena de vasos de baratillo le estaba saliendo cara. Cuatro de seis era un buen promedio si a ello le sumamos que ya había perdido dos tijeras de cocina, un cuchillo Arco de mango amarillo, innumerables cucharillas de café, las pinzas para el hielo y la maza de madera de boj del mortero.
Continuará.

Hombre y tiramisú.


Comienzo 5. El hombre que exhaló su último suspiro sobre un tiramisú.

El hombre que exhaló su último suspiro sobre un tiramisú bien podría haberlo hecho encima de un plato de lentejas. Pero las circunstancias no favorecieron que así ocurriese. El hombre se encontraba en una trattoria del Ensanche, acompañado por su hijo pequeño, y siendo como era metódico en sus costumbres culinarias, ya había ingerido un primer y un segundo plato (omitiremos esa parte del menú ya que en nada ayuda ni aclara las causas de tan grotesco deceso) y se disponía a saborear el postre.
Continuará.

sábado, 1 de mayo de 2010

Nacimiento.

Comienzo 4. Nacimiento.
Hoy es el primer día de mi vida. Soñé que nacía y despierto vivo. El liviano peso de la sábana me impide incorporarme. La almohada ha desaparecido o tal vez no tuve almohada. Busco la manta, estamos en febrero. Busco la cama. ¡No hay cama!
Continuará.